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23 de junio de 2010

Hace Exactamente Una Semana...

... que Baby B. nació inesperadamente.

La noche antes del 16 estaba yo aquí tranquilamente a unas horas a las que no suelo estar despierta porque madrugo al día siguiente. Pero me habían quitado una hora por la tarde pa que pudiera ver el partido de la selección y por la mañana no tenía que madrugar tanto. Porque el 16 de Junio es mi cumpleaños, sí (Gracias guapas y guapos por las palabras de ánimo, ajaaj).

Así que estaba aquí alegremente chateando cuando escucho a V. levantarse, ir al baño y hablar por teléfono.

Y decir palabras como 'fuck' y 'shit'.

V. no suele decir palabrotas, y mucho menos estar despierta a las 12 y media de la madrugada.

Nuestra querida comentarista Masi vivió todo en directo, así que puede hacer de notaria y dar fe. Aquella tarde, haciendo alarde de un espeluznante sexto sentido, V. me estuvo diciendo que a ver, que no iba a pasar nada, pero que en caso de que Baby B. naciese antes y estuviese yo aquí y tal, pues que llamase a emergencias, 999, qué tenía que deicr, la dirección de la casa, qué desayunan los niños cuando yo no los veo...Total, esas cosas.

Así que todos esos fucks y shits solo podían significar lo que cuando bajé me confirmó ella lastimeramente: 'es que he roto aguas...', además de felicitarme el cumpleaños y pedirme perdón por habérmelo arruinado. Las cosas de los ingleses. O neozelandeses.

Para resumir una noche y un día muy entretenidos y largos, efectivamente se fue al hospital sola con una prima que vino a buscarla, me quedé con los niños, no dormí nada, les di el desayuno correcto y reglamentario, vimos tele por un tubo, llevé al mayor al cole, perdió España pero no lo vi, dejé olvidado al mayor en el cole porque entendí que lo recogía la prima y no yo, y resulta que era yo...y por fin llegó el marido y los acostó.

Y yo entonces me subí a mi habitación, me lavé el pelo y me canté cumpleaños feliz mientras caía casi en coma en la cama, pensando en que de todos los días que Baby B. tenía para adelantarse, se adelantó tres semanas y media, y ahora ni ellos ni yo nos vamos a olvidar de que compartimos cumpleaños. Eso es algo...

Para celebrarlo, me he comprado dos pares de zapatos que me han salido muy baratos. Aqui en Londres en general las cosas están más baratas y hay unas ofertas increíbles. Me dijeron que la comida normal es carilla, en plan la fruta y las verduras y blablabla. Y el transporte es abusivo, efectivamente. Pero vamos, lo que te gastas en transporte y comida te lo ahorras en todo lo demás, vaya.

Y para cerrar la entrada, recordatorio: en una semana y un día estoy en Espein.

13 de junio de 2010

El Sorry De La Discordia

10.05 am.  Una de las cosas que más me llamó la atención las dos veces anteriores que estuve aquí de visita, es que la gente generalmente te dice 'sorry' cuando se rozan contigo un poco, cuando pasan delante tuya en un pasillo del super y durante un segundo te quitan la visión de lo que estás decidiendo, si pechuga de pollo o pizza. 

'Sí, pero no te fíes', me dijeron mis amiguitas aupair. 'Aquí la gente es super hipócrita, y te está dando empujones mientras te dice sorry. Pues no me empujes, joder. Qué falsos son', me aclararon. Y bueno, puede que tengan razón, porque sí es cierto que ni te miran la mayor parte de las veces. Aunque será que yo he sido afortunada, porque la mayoría de las veces la gente amablemente se ha vuelto y me ha mirado a la cara y me ha dicho Sorry. 'Ya te los encontrás, ya, que es que llevas poco aquí', me aclararon de nuevo.

Y entonces, a lo película de Hollywood, una serie de recuerdos empezaron a desfilar ante de mí. 

Aquella ocasión en medio del Carre cuando me atropellaron con un carrito de lleno y la conductora imprudente me dijo 'ay hija, perdona', con un tono que daba a entender que yo me había lanzado contra su carrito y no que yo estaba tranquilamente mirando los champuses y algo se me incrustó en la cadera, como realmente ocurrió.

Aquella otra ocasíón en la que andaba yo a paso de caracol cojo porque en una acera 30 cm -malditas obras, de verdad...- tenía delante a una familia no, a un clan, con 94870847568 niños como los de Apu corriendo sin control, y los adultos a su aire. Intenté adelantar atravesando el zocalillo* de un árbol, y claro, me atropellaron con el carrito en lugar de dejarme pasar. Era verano. Llevaba chanclas. 'Ay chiquilla, tampoco es pa tanto..', me dijeron un par de ellos. 

O las 987497584758 veces que me han empujado sin miramientos para ponerse un turno delante de mí en una caja, o llegar antes a una prenda de ropa, o por no tener ni cuidado ni quererlo tener. Y ni te miran ni hacen el intento hipócrita de pedirte disculpas.

Pues personalmente me sigo quedando con el sorry, la verdad.


*Ni idea de cómo se llama en realidad lo que rodea a los árboles. Una vez lo supe, pero obviamente lo olvidé al momento. Yo siempre le llamo zocalillo, que me parece que le va bien :D

1 de junio de 2010

Un Nigeriano Alto Llamado Joe

1236 pm. ¿Ya estamos en Junio entonces?? Qué barbaridad.

Mañana hará un mes exacto que llegué a la ciudad de Jack El Destripador. Por un lado me da la sensación de que llevo aquí siglos. No creo que sea porque no lo he pasado bien y por eso se me ha hecho largo (que bueno, sigo en periodo de semi-adaptación y eso..), sino más bien por todos los sitios a los que he ido y todas las cosas que he visto. Ni la centésima parte de lo que hay por ver, pero bueno, que estoy aprovechando. 

Podría contar que tengo dos moratones nuevos en lo que podíamos denominar, el bajoculo, porque de nuevo tuve desavenencias con unas escaleras (las de la casa esta vez), o que sospecho que tengo un trauma incipiente porque acaban de meter la antigua cama de Jonty, maderas colchón y de todo, debajo de la mía, y ya puedo ver que se creará un micro ecosistema que inevitablemente trepará a mi cama.  O que éste siempre ha sido mi mes favorito y NO tiene nada que ver con mi cumpleaños (o sí... a saber). 

Pero no. En honor a mi primer aniversario mensual aquí, voy a hablar de lo que nunca he encontrado tiempo para hablar: de Joe el Nigeriano. 

Resulta que un par de días antes de venir, finalmente Victoria me dijo que no podrían ir a buscarme al aeropuerto, pero que no me preocupara en buscar yo taxi ni nada, que iban a enviarme al driver que usa Matt cada vez que vuela, es decir, casi a diario. "Es un nigeriano muy alto que se llama Joe (Jonathan)", me dijo. 

Así que nada, cuando llegué a Heathrow me dispuse a buscar a Joe, que se suponía que debía estar sosteniendo un cartelito con mi nombre. Tardé un poco, porque el cartelito a)era translúcido casi, y b)habían usado el boli más flojo del mercado de material de papelería.  Pero lo encontré. 

Lo primero que pensé fue que no era un nigeriano alto llamado Joe, sino dos o tres nigerianos altos pegados por los hombros con velcro. ENORME, más que alto, era Joe. Me recordó inmediatamente al actor éste que nunca recuerdo el nombre. Si habéis visto La Milla Verde, o creo que también salía en Armaggeddon, pues ÉSE. 

Y nada, nos saludamos y me preguntó que qué tal el vuelo. 

Pobre.

Lo que Joe no sabía en su amabilidad es que había tocado el Monotema. Es decir, él, un desconocido al que por tanto jamás había aburrido anteriormente con El Monotema, me había preguntado. Y nada, empecé a soltarle toda la ansiedad acumulada del pre-viaje, el viaje, que tenía que conocer a la familia y todo lo que se me fue ocurriendo. 

Y entonces pasé los cuarenta minutos más extraños y alucinantes que había pasado en mucho tiempo.

Porque cuando Joe empezó a hablar, dejó de ser Joe el Nigeriano Alto para convertirse en Joe El Gurú. No sé cómo describir el efecto calmante que tenía el tono de voz que usaba para hablar. Me contó que no había que tener miedo. Que él había viajado mucho, principalmente por África en aviones muy peligrosos, pero que seguiría montando en ellos. 

Me contó que él había tenido siempre mucho respeto a todo hasta que un amigo  suyo, piloto, lo montó en la cabina y le explicó cómo funcionaba todo aquello, las medidas de seguridad que usaban, todo. A partir de ahí, dejó de preocuparse. 

Me contó unas experiencias terribles a bordo de aviones. Aviones cayendo en picado y luego recuperados, turbulencias tremendas, aviones averiados teniendo que hacer aterrizajes forzosos..

"No hay que tener miedo. No hay que vivir con miedo, porque al final ocurrirá lo que tenga que ocurrir. Yo creo en Dios, y eso hace mucho más sencillas las cosas, porque yo creo que hay alguien que cuida de mí. También mi mamá cuida de mí. Pero aunque uno no crea en Dios, no debería vivir con miedo. Let it go."

Me contó entonces la espeluznante historia de un amigo suyo que había intentado salvar a su familia en plena guerrilla, trasladándolos desde su pueblo a otro pasado la frontera. "Al final, el coche tuvo un accidente y murieron en la carretera. Después de todo, no pudo salvarlos." 

A esas alturas estaba yo con los vellos de la nuca pa colgar llaves. La Muerte en Samarra como no había yo escuchado ninguna antes (ya pondré la Muerte en Samarra por si alguno no sabe de qué va). 

Seguí hablando con él todo el camino, y os puedo asegurar que para cuando habíamos llegado a la casa, ni siquiera estaba nerviosa por conocer a la familia. "Don't live in fear, my dear. Just enjoy, because in the end, it will happen what must happen. And nothing will happen to you on a plane". 

Salí del coche con una sensación de haber hablado con el portador de las Verdades Últimas del Universo. Quizá nada que no hubiera escuchado antes, pero definitivamente justo lo que necesitaba escuchar, y de la manera en que lo necesitaba.

En Julio vuelvo a España durante tres semanas (a ver si vuelvo...). Y aunque tenga que estar ahorrando como una loca para pagarle el trayecto, no me importa. Yo no me subo a un avión sin que Joe El Nigeriano Alto me lleve al aeropuerto. 

Hale, besitos londinenses.

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