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19 de agosto de 2011

The Anonymous Tramp That Brightened My Week

El Vagabundo Anónimo Que Me Alegró La Semana  ( Y abajo la tenéis en Versión Original :D)

Siempre he sido una defensora del concepto 'nunca sabes cuándo las cosas están a punto de cambiar.' Suena optimista y molón, y en realidad puede serlo, pero como también puede ser todo lo contrario. Filo-ladrillos aparte, para mí siempre ha sido más bien lógica. La experiencia me avala también, pero más que nada la lógica. No sabemos nada, y no hay más que hablar. Así que incluso cuando me llegan los tambores de Sauron desde Mordor, que es un sabihondillo y un hijoputa, siempre intento recordar que, por mucho que tema, la realidad es que no sé nada. Qué será será, whatever will be will be...etc. 

Al mismo tiempo, hay otra Verdad Universal sobre los buses de London. En el año y pico que llevo siendo londinense, creo que podría contar una historia diferente en cada uno de los viajes que he hecho en bus. Quizá es que me aburro mucho en los transportes públicos, o que London me mola tanto que todo lo observo. El caso, que siempre hay algo: historias estúpidas, divertidas, raras, pelín miedito...y luego está la de esta mañana, que sin duda se lleva el premio de todas. Y juro solemnemente que voy a embellecer nada.

Bus 155 hacia Clapham. Me siento junto a una de las ventanas, sitio libre a mi lado. Como no podía ser de otra manera, el típico vagabundo-borrachín-chalao-alérgicoalagua, con una barba que claramente albergaba todo un ecosistema propio, se me sienta al lado, con un "good morning, madam", muy educado, eso sí. Le ofrezco la sombra de una sonrisa, empiezo a respirar por la boca todo lo discretamente que puedo, y me pongo a mirar por la ventana, en caso de que le dé por querer conversación, que suele pasar. 

Efectivamente, le oigo hablar. Pero lo que oigo no es lo que suele pasar. 

"Pareces triste." 

Al principio, ni siquiera sé si es a mí. Sí es. Y de verdad, me ha cogido por sorpresa. Miro a Tramp, pero no digo nada. Él me está mirando muy fijamente.

"Sí, es verdad. Pareces triste."

"No lo estoy", digo un poco a la defensiva, cosa que no me mola, intentando cortar la conversación y volver a mirar por la ventana. Pero la cuestión es que me ha dejado de palo.

"Me he pasado la mayor parte de mi vida triste, sé cuando alguien lo está. Y estás triste. Lovely ladies como tú no deberían estar tristes. ¿Es algún capullo el que te hace estar así? No deberías preocuparte, los hombres somos unos mierdas."

No puedo evitar sonreirle.
"Puede, pero no, no es eso. Y en serio, no estoy triste."

"¿Se ha muerto alguien?" 

"No que yo sepa; espero que no." 

"No es malo estar triste, sabes. Yo voy siempre borracho. No siempre, pero sí todos los días. Yo bebo porque soy un capullo, pero los capullos también pueden estar tristes, sabes."

"Los capullos probablemente tienen buenas razones para estar tristes. Lo sé."

Tramp me mira, diferente. De repente él también parece diferente, sobrio. Casi como si hubiera dejado de ser un vagabundo borracho en un bus.

"Me tengo que bajar en la siguiente, así que podrás respirar por la nariz de nuevo pronto, madam. Lo que sea que te hace estrar triste, mándalo a la mierda. Nada es tan importante, la vida es una mierda. Pero a veces se puede encontrar un camino entre la mierda, sabes. Y la mierda cambia. Un día es una mierda, al día siguiente es otra. Y eso es bueno. Y a veces la mierda desaparece. Así, tal cual, se va. Me gustan tus ojos. Tus ojos pueden ver las cosas. La mierda que te hace estar triste desaparecerá."

No tengo ni idea de qué le pasará a mi mierda, pero mis ojos en ese momento no son capaces de ver mucho, ni muy nítido.

"Que tengas un buen día, madam. Ha sido un placer," y hace una pequeña reverencia con la cabeza.

"Un placer, efectivamente," le digo, y no miento. "Que tengas un buen día tú también."

El Vagabundo se baja del bus, arrollando a un par de señoras. Sigo respirando por la boca un poco más. Estoy a punto de sacar mi phone y hacerle una foto, pero no me atrevo a sacar fotos de gente en buses, y además se ha bajado por la otra parte, así que no le vería de todas maneras. 

Como iba diciendo, nunca sabemos cuando la mierda está a punto de cambiar. 

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The Anonymous Tramp Who Brightened My Week



I've always been a defender of the concept 'you never know when everything is about to change'. Sounds optimistic and cheerful, and in a way might be, as might be just the opposite. But philo-rant aside, for me it was always just logic. Experience backs me on this one as well, but mostly logic. We know nothing. So even when I start to feel the pangs of pessimistic smartarseness, I still try to remember that I know nothing. The future's not ours to see, qué será será, what will be, will be, etc.

At the same time, there's another Universal Truth about buses in London. In the roughly a year or so I've been a Londonder, I think I could tell some story or another about every single one of my rides. Or maybe I'm just a very bored individual who notices things when taking public transport. Stupid things, funny things, weird things, downright scary things...but today's thing tops them all. And I solemnly swear that I have embellished nothing.

Bus 155 to Clapham. I'm sitting by the window, vacant seat beside me. Tyipical tramp-drunkie-lunatic-allergictowater, with a beard that looks like it could be hosting an entire ecosystem of its own, sits by my side with a polite Good Morning, madam. I offer the shadow of a smile, start breathing through my mouth as discretely as I can, and keep on staring through the window.

"You look sad."

At first, I don't know if he's speaking to me. And second, I'm not expecting that. I look at Tramp, but say nothing. He's looking at me very intently.

"Yeah, you do. You look sad. "

I look at him for a second. "I'm not," I say a bit defensively for my taste, trying to cut the conversation and looking again through the window, but the statement out of the blue has taken me aback.

"Yes you are. I've been sad most of my life, I can tell. You are sad. Lovely ladies like you shouldn't be sad. Is it a fucking bastard, the one making you sad? You shouldn't bother, we men are shite. Some fella will be for you."

I can't help but smile.

"Maybe. But no, it's not. And really, I'm not sad."

"Someone died?"

"Not that I know of. I hope not."

"It's not a bad thing to be sad, you know. I'm always drunk. Not always, but everyday. I drink because I'm a sodding bastard, but sodding bastars can be sad too, you know."

"Sodding bastards probably have good reasons to be sad. I know."

Tramp stares at me. He looks suddenly different, sober. Almost, almost, like he's not a Trump in the bus anymore.

"I have to get off in the next one, so you will can [sic] breath with your nose again soon, madam. Whatever is making you sad, tell them to fuck the fucking hell off. Nothing matters, life's all shit. But at times you can find your way in the shit, you know. And shit changes, too. One day is one shit, the next s'another shit. And that is a good thing. And sometimes the shit is gone. Just like that, fucking gone. I like your eyes. Your eyes see things. Your shit will be gone."

I don't know about my shit, but my eyes are not seeing much at the moment. Not even blinking, I'm sure of it.

"Have a good day, madam. Been a pleasure," and he does a small bow with the head.

"Been, indeed," and I mean it. " Have a good day, you too."

Tramp quickly gets off the bus. I still breath through my mouth for a bit longer. I am almost ready to take my phone out and take a picture of him, but I don't dare to picture people in buses, and anyway he's on the opposite side, so no luck.

As I was saying, you never know when the shit is about to change.

Night night.

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