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9 de febrero de 2011

90 (a.k.a. A Life Story)

Hace mucho tiempo, había un joven que fue a luchar en una guerra fea y cruel; una guerra en la que hermanos mataban hermanos y las mujeres quedaban viudas con hijos a los que sacar adelante, y todo por nada. 

Único hijo de sus padres, estos intentaron persuadirle de todas las maneras posibles para que se quedara con ellos, pero no sirvió de nada. El joven hizo lo que todos los demás jóvenes de su edad querían hacer entonces. 

Para cuando la terrible guerra entre hermanos llegó a su fin, las oraciones de los padres del joven fueron escuchadas, o eso pensaron ellos, porque sea como fuere, volvió a casa sano.  Y aunque físicamente había sobrevivido, no había escapado de una pieza. Quien volvió fue un hombre viejo y amargado que no tenía ni los veinte años. Parte de él, el joven que era y que debería haber seguido siendo, se quedó en las trincheras. 

La vida siguió para el joven, y el viejo de 20 años en el que se había convertido conoció a una chica, se casó con ella, y formaron una familia. Lo que nadie sabía es que nunca había dejado de tener sueños acerca del olor de la guerra, del horror...y de quien había sido su mejor amigo de la infancia. 

Por algo tan absurdo como sus visiones políticas, un día se encontraron en lados opuestos de la trinchera. Pero el otro joven no fue tan afortunado; él nunca volvió a casa. 

Nunca hablaba de aquello, y por eso nadie sabía de la certeza que plagaba sus sueños. Porque el joven estaba seguro, o al menos tan seguro como podía estar, teniendo en cuenta que nada es claro en medio del caos, que había sido él y no otro quien había acabado con la vida de su amigo. Al principio había sido sólo una sospecha. Un algo en el estómago. Algo sobre sus posiciones. Durante muchos años, intentó recordarlo todo, cada detalle, algo que le indicara que estaba equivocado. Sin embargo, lo único que su mente le mostraba con claridad eran sus posiciones, y la sensación de tener que disparar o ser disparado. 
Finalmente la sospecha se convirtió en certeza en su mente. Si fue o no fue eso lo que ocurrió, ya no importaba.

Un día, muchos años después, ocurrió una terrible tragedia. Uno de los hijos del joven murió de forma inesperada. Fue disparado, a los 23 años, por su mejor amigo. Un accidente en la habitación de su academia militar.  

Nadie vio llorar al joven. Tampoco nadie podía saber que la tragedia, para él, tenía otro significado. La muerte de su hijo, pero especialmente la forma en que ocurrió, era la confirmación que había estado esperando toda su vida. La ironía de lo que había ocurrido no se le hubiera pasado por alto jamás. Había pagado lo que él había hecho tantos años atrás. Ni más ni menos.

Hoy, 8 de Febrero, el joven cumplió noventa años. Su esposa murió hace unos cuantos, pero sigue viviendo en la misma casa. Su mente sigue clara y despejada, su cuerpo un poco más rezagado. No le gustan los cumpleaños, mucho menos el suyo, y suele hablar de deudas pagadas y de su tiempo de descuento siendo demasiado largo para su paciencia. 

Por más que lo intento, ni siquiera puedo empezar a imaginarme lo que debe ser haber vivido tres veces lo que yo llevo vivido hasta ahora. Lo que es haber visto a casi todos tus amigos irse, uno a uno. Sus padres. Su esposa. Su hijo. Su independencia. Su orgullo de soldado (aunque eso lo mantiene intacto, que genio y figura). Creo habría utilizado todas mis fuerzas de ancianita de 90 años para atrancar la puerta y que no viniera nadie a darme el coñazo, sólo de vez en cuando y bajo preaviso.

Soy consciente de que cualquier día se saldrá con la suya y nosotros recibiremos una triste llamada a media noche, o a medio día. Pero bueno. Como él dice, ya ha hecho todo lo que tenía que hacer. Está tranquilo y preparado. Y digo yo que así deberíamos estar nosotros también. 

A mí me alegra que haya llegado hasta aquí. 

Feliz cumpleaños, Don Enrique. 

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9 comentarios:

Noelia Cano dijo...

Qué historia más triste y bonita. Feliz cumpleaños para este hombre que se merece ese "don". Un besazo!

Belén dijo...

Pues sí, una historia triste pero bonita. Y sobre todo INTENSA, por lo mucho que se ha vivido. Feliz Cumpleaños Don Enrique!!!!

Besooosssss

Miss_M dijo...

Gracias guapas! Sobre todo porque lo escribí anoche a las tantas y cuando lo he leído hoy más despierta y con sol, menudo coñazo y menudo tostón, jajaja. Lo llega a leer el susodicho y me deshereda xD

Marita dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mardevigo dijo...

Gracias por compartir, una vez mas. Me uno, por supuesto, a las felicitaciones. Bicos

Idoya dijo...

Bela, para mí esta entrada representa la razón por la que unas cuantas desconocidas seguimos pasándonos a tomar el té por tu Drawing Room.

Y es que sabes crear un precioso relato corto a partir de algo tan rutinario (anual pero rutinario) como un cumpleaños; o sabes exprimir lo que ves a tu alrededor hasta darle forma, y siempre agradable, amena y hasta divertida... como el de las hamburguesas de Manhattan ;-)

Yo tampoco creo que te vaya a desheredar, como mucho se emocionará y recuerda lo que decía la de los libros de los pájaros sobre escribir para regalar :-)

Saludos!

Marita dijo...

Idoya, pasas por Manhattan y no saludas a nadie ¿así cómo vamos a quedar para zamparnos una de esas hamburguesas? ;)
Entre el té de la drawing room y las hamburguesas de Manhattan ¡menuda dieta sana!

¿Cual era ese libro divertido que recomendaste en verano? Tengo ganas de leer alguna tontería para airearme. Al terminar de leer "El Camino" y "Retorno a Brideshead" me quedó la sensación de despedirme de alguien muy querido al que tardaría en volver a ver. Una feliz melancolía de la que me quiero librar.

uish! otra cosa, ahora he sabido que mi hermano fue a encargarme "Pájaro a Pájaro" para Navidad y en la librería le despacharon con un "nosotros no trabajamos con esa editorial". Eeeeeh? ¿no es para quedarse con cara-rana?

XXX

Idoya dijo...

Marita, tienes razón... el otro día estuve en Manhattan, iba a escribir algo, pero no sabía muy bien el qué, luego me empezó a ir lenta la conexión y ya lo dejé... pero ahora volveré y dejaré un saludo :-)

El libro del verano creo que eran estos dos de Rebeca Rus: "Sabrina: 1: El Mundo: 0" y la segunda parte que es "Sabrina contra el imperio del zapping". Que son como Bridget Jones pero a la española, sin complicaciones, sin ningún miembro de la familia Flyte que no sabes si adoptarlos a todos o alejarte lo máximo posible de ellos, para "echarte unas risas", pero tampoco nada del otro mundo...

Y otra cosa, el otro día fuí al cine (es que hacía siglos que no iba, por eso es digno de mencionar) y vi anunciada la que nos recomendaste, Marita, la de los boxeadores pero no la ví porque el motivo de decidirme ir al cine fue él, el único, el genuino, el maestro de la acción y la comedia: ¡Bruce Willis!.

Ya sé que Bruce Willis no es plato de buen gusto para todos pero ya sabeis que yo soy "fantini" de él así que "Red" me pareció genial... y encima también con John Malkovich al que también descubrí casi simultáneamente allá en los 80 en "Las amistades peligrosas".

Saludos!

Marita dijo...

OH! ¿Has visto "Cómo ser John Malkvich"? La vi hace tiempo, es muy rara pero divertida.

Vi el traider de "Red" y me pareció una película hecha para que los actores se lo pasen bien, como una reunión de viejos amigos. Este y "Morning Glory" las veré en DVD, tenían pinta de ser bastante entretenidas pero no me puedo pasar el finde encerrada en el cine (aunque sería dichosa).
Mi próximo objetivo es la de los Cohen y, si estoy muy aburrida, la de "El cisne Negro". Aunque éste la ponen a parir en una página que miro cuando quiero ver una crítica de cine (www.lacasadeloshorrores.com)
En fin, ya veremos... no ha termiando el fin de semana y ya tengo organizado el próximo: cumpleaños de la madre de Josete y celebración de que mi hermana se fue -descaradamente-.

Idoya, gracias por recordarme el título del libro!

Besos

PD. no me llevo comisión ni tengo intereses en la web esta de cine ni los conozoco ni son parientes ni nada de nada, eh? Lo digo porque que no me gusta hacer publicidad pero ha sido un grato descubrimiento y por eso lo cuento

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