1236 pm. ¿Ya estamos en Junio entonces?? Qué barbaridad.
Mañana hará un mes exacto que llegué a la ciudad de Jack El Destripador. Por un lado me da la sensación de que llevo aquí siglos. No creo que sea porque no lo he pasado bien y por eso se me ha hecho largo (que bueno, sigo en periodo de semi-adaptación y eso..), sino más bien por todos los sitios a los que he ido y todas las cosas que he visto. Ni la centésima parte de lo que hay por ver, pero bueno, que estoy aprovechando.
Podría contar que tengo dos moratones nuevos en lo que podíamos denominar, el bajoculo, porque de nuevo tuve desavenencias con unas escaleras (las de la casa esta vez), o que sospecho que tengo un trauma incipiente porque acaban de meter la antigua cama de Jonty, maderas colchón y de todo, debajo de la mía, y ya puedo ver que se creará un micro ecosistema que inevitablemente trepará a mi cama. O que éste siempre ha sido mi mes favorito y NO tiene nada que ver con mi cumpleaños (o sí... a saber).
Pero no. En honor a mi primer aniversario mensual aquí, voy a hablar de lo que nunca he encontrado tiempo para hablar: de Joe el Nigeriano.
Resulta que un par de días antes de venir, finalmente Victoria me dijo que no podrían ir a buscarme al aeropuerto, pero que no me preocupara en buscar yo taxi ni nada, que iban a enviarme al driver que usa Matt cada vez que vuela, es decir, casi a diario. "Es un nigeriano muy alto que se llama Joe (Jonathan)", me dijo.
Así que nada, cuando llegué a Heathrow me dispuse a buscar a Joe, que se suponía que debía estar sosteniendo un cartelito con mi nombre. Tardé un poco, porque el cartelito a)era translúcido casi, y b)habían usado el boli más flojo del mercado de material de papelería. Pero lo encontré.
Lo primero que pensé fue que no era un nigeriano alto llamado Joe, sino dos o tres nigerianos altos pegados por los hombros con velcro. ENORME, más que alto, era Joe. Me recordó inmediatamente al actor éste que nunca recuerdo el nombre. Si habéis visto La Milla Verde, o creo que también salía en Armaggeddon, pues ÉSE.
Y nada, nos saludamos y me preguntó que qué tal el vuelo.
Pobre.
Lo que Joe no sabía en su amabilidad es que había tocado el Monotema. Es decir, él, un desconocido al que por tanto jamás había aburrido anteriormente con El Monotema, me había preguntado. Y nada, empecé a soltarle toda la ansiedad acumulada del pre-viaje, el viaje, que tenía que conocer a la familia y todo lo que se me fue ocurriendo.
Y entonces pasé los cuarenta minutos más extraños y alucinantes que había pasado en mucho tiempo.
Porque cuando Joe empezó a hablar, dejó de ser Joe el Nigeriano Alto para convertirse en Joe El Gurú. No sé cómo describir el efecto calmante que tenía el tono de voz que usaba para hablar. Me contó que no había que tener miedo. Que él había viajado mucho, principalmente por África en aviones muy peligrosos, pero que seguiría montando en ellos.
Me contó que él había tenido siempre mucho respeto a todo hasta que un amigo suyo, piloto, lo montó en la cabina y le explicó cómo funcionaba todo aquello, las medidas de seguridad que usaban, todo. A partir de ahí, dejó de preocuparse.
Me contó unas experiencias terribles a bordo de aviones. Aviones cayendo en picado y luego recuperados, turbulencias tremendas, aviones averiados teniendo que hacer aterrizajes forzosos..
"No hay que tener miedo. No hay que vivir con miedo, porque al final ocurrirá lo que tenga que ocurrir. Yo creo en Dios, y eso hace mucho más sencillas las cosas, porque yo creo que hay alguien que cuida de mí. También mi mamá cuida de mí. Pero aunque uno no crea en Dios, no debería vivir con miedo. Let it go."
Me contó entonces la espeluznante historia de un amigo suyo que había intentado salvar a su familia en plena guerrilla, trasladándolos desde su pueblo a otro pasado la frontera. "Al final, el coche tuvo un accidente y murieron en la carretera. Después de todo, no pudo salvarlos."
A esas alturas estaba yo con los vellos de la nuca pa colgar llaves. La Muerte en Samarra como no había yo escuchado ninguna antes (ya pondré la Muerte en Samarra por si alguno no sabe de qué va).
Seguí hablando con él todo el camino, y os puedo asegurar que para cuando habíamos llegado a la casa, ni siquiera estaba nerviosa por conocer a la familia. "Don't live in fear, my dear. Just enjoy, because in the end, it will happen what must happen. And nothing will happen to you on a plane".
Salí del coche con una sensación de haber hablado con el portador de las Verdades Últimas del Universo. Quizá nada que no hubiera escuchado antes, pero definitivamente justo lo que necesitaba escuchar, y de la manera en que lo necesitaba.
En Julio vuelvo a España durante tres semanas (a ver si vuelvo...). Y aunque tenga que estar ahorrando como una loca para pagarle el trayecto, no me importa. Yo no me subo a un avión sin que Joe El Nigeriano Alto me lleve al aeropuerto.
Hale, besitos londinenses.