Querida Drawing Room:
Aunque no lo parezca, he estado leyendo todas y cada una de las charlitas que has tenido por aquí. A veces me he reído, a veces me he identificado mucho con tus historias, y a veces me ha dado así como gotera en el ojillo. Lo típico.
La cuestión es, que hace mucho que no te escribo, y me ha parecido que la primera noche que tengo internet decente, de nuevo en London, tenía que emplearla en dedicarte una entrada a ti, en lugar de contarte cómo estamos aquí PILUNA y servidora (que ya lo contaré también como evento que es, claro está).
Yo sigo teniendo muy presente que, por norma general, a todos nos parece tremendamente importante lo que nos ocurre día a día, pero que la realidad es que, por normal general también, no lo es. Es decir, para cada uno sí lo es, pero siendo objetivos, no da para una novela interesante. No da para una novela de bolso de playa, de hecho.
Es por eso que me sigue pareciendo muy surrealista que estés ahí, Drawing Room, escuchando atentamente -o algo- todas las chorradas que te cuento, y sobre todo teniendo en cuenta que últimamente la tecnología no me ha dejado contar mucho. Sin embargo, tú me has animado a que haga muchas cosas que no sabía si terminaría haciendo. Me has hecho reír con aventuras y desventuras. Me has hecho sonreir cuando me has animado con mi best seller porque resulta que, por alguna razón que se me escapa, te has tragado todo un blog de tonterías de las que hablaba antes. Aquí entre nosotros, tengo que confesarte, Drawing Room, que ojalá escribiese igual de libremente que lo hago aquí cuando estoy con el best seller. Por eso los ánimos son especialmente bienvenidos. Y como también antes te decía, igual me ha dado llorera con algunas de las cosas que has contado, personales y que cuestan contar.
Así que no me tienes que dar las gracias por dejarte un hueco para charlar tranquilitamente cada vez que te venga en gana.Soy yo la que te tiene que dar las gracias por seguir visitando aun cuando no estoy yo en casa! Basil está monísimo cuando está acompañado, y los French Fancies vuelan, señal de que os gustan y que tengo que comprar más.
Espero que te lo pases muy bien de vacaciones, o en Manhattan -a la que voy a volver sin faltar un día-, haciendo aupairismo familiar. O simplemente rascándote la barriguilla después de un año horrible de estudios, de problemas, o de llevar colegios que otros ineptos no saben llevar. Aun así, siempre aquí has venido de visita, a relajarte, a pasar un buen rato, o a echar sapos y culebras y azufre por la boca.
Y yo te lo agradezco aquí y ahora.
Y yo te lo agradezco aquí y ahora.
Ay Drawing Room, qué haría yo sin ti.
Un cyberachuchón gordo desde la tierra de los 17 de Julios disfrazados de Octubre.
xxx